La convocatoria del Check Mate International Chess Festival me ha llevado a escribir sobre los festivales de ajedrez.
El debate está servido desde el nacimiento de los festivales de ajedrez del Gran Hotel Bali en Benidorm y es el punto de partida clave para entender el surgimiento de este tipo de torneos. De inicio ese evento partía con la idea de aprovechar un marco idóneo, en unas fechas de temporada baja, para crear un referente en el mundo del ajedrez pero también con fines lucrativos. No obstante en sus primeras ediciones no sólo busco el lucro sino también la universalidad del ajedrez, yo estuve en una de esas ediciones, la única que he podido jugar, y para mí era un placer jugar un torneo en lo que lo menos importante era jugarlo en sí, el hecho de coincidir en un ascensor con Karpov y desearle suerte en su partida, o cruzarse con Anand para coger la comida en el buffet y hablar sobre la partida que acababa de jugar es algo que vale mucho más que el potencial premio que uno se podía llevar en el Festival.
Pero evidentemente la participación de esos grandes jugadores en el Festival era una rémora para un evento de este tipo porque no olvidemos que la base del éxito de estos festivales es que sean rentables y es evidente que la participación es clave y las ganancias que se conseguían de los eventos para aficionados difícilmente podrían cubrir el gasto de disfrutar de los grandes. Con los años el evento derivó en lo que es ahora, un torneo que muchos menosprecian pero que cada año tiene más participantes, pero las cosas son así de simples en los años en los que los presupuestos para torneos de ajedrez estaban asegurados y no había una necesidad económica vendía mucho más contar con la presencia de los mejores jugadores pero cuando hay riesgo de pérdidas cualquier organizador con dos dedos de frente buscará las condiciones para una mayor participación en un torneo por encima de otros considerandos.
Es verdad como oigo opinar a muchos que de esta manera se está premiando la mediocridad pero olviden por un momento que hablamos de un deporte y veámoslo como lo que es: un festival que busca la mayor participación posible, ¿Cómo se consigue la mayor participación posible? La respuesta es obvia: Incentivando la participación del núcleo mayor de jugadores y lógicamente ese núcleo está claro cuál es en cualquier disciplina de la vida.
Podremos criticar la existencia de estos festivales pero no simplifiquemos las cosas y las llevemos al terreno del ajedrez, que proliferen estos torneos es un reflejo de la sociedad en la que vivimos, los tiempos de bonanza en que los eventos podían tener pérdidas porque los cubrías con unas buenas subvenciones a fondo perdido ya son cosa del pasado (y aún seguimos pagándolas).
Como jugador en fase de total estancamiento (más bien debería decir en proceso de caída), egoístamente hablando, me encanta que existan estos eventos y no penséis que lo digo por el dinero de los premios, disfruto enormemente en los torneos en los que siento que puedo ganar y perder con cualquiera, de hecho el torneo que más me gusta jugar ni tiene premios en metálico: La Semifinal de Madrid, por el contrario en los últimos opens que he jugado el sube y baja continuo de jugar con jugadores tan dispares a mi nivel ya sea por arriba o por abajo convierte los torneos en un tobogán con el único aliciente para disfrutar de ellos que el de romper el pronóstico y sostenerse en la parte alta del tobogán, cosas que en mis años mozos me hacía disfrutar pero que ahora no sé disfruta tanto, aunque como atlético sé sufrir y seguiré jugándolos siempre que pueda.
Podría extenderme mucho más porque el tema realmente tiene muchas aristas, pros y contras, pero como co-organizador de muchos torneos en mi club y sabiendo lo difícil y agotador que puede llegar a ser la organización de eventos sólo me queda desear suerte a Chess Estudios en la organización de este festival y que el éxito les pueda servir para organizar todo tipo de eventos para que todos: maestros, jugadores de nivel medio y aficionados puedan disfrutar jugando al ajedrez, también mis buenos deseos al Open de Tres Cantos coincidente en fechas, recordándoles que lo que viven ellos ahora: ver como un torneo se ubicaba en sus fechas tradicionales, ya los sufrimos nosotros en su tiempo con la aparición de su Open.
El debate está servido desde el nacimiento de los festivales de ajedrez del Gran Hotel Bali en Benidorm y es el punto de partida clave para entender el surgimiento de este tipo de torneos. De inicio ese evento partía con la idea de aprovechar un marco idóneo, en unas fechas de temporada baja, para crear un referente en el mundo del ajedrez pero también con fines lucrativos. No obstante en sus primeras ediciones no sólo busco el lucro sino también la universalidad del ajedrez, yo estuve en una de esas ediciones, la única que he podido jugar, y para mí era un placer jugar un torneo en lo que lo menos importante era jugarlo en sí, el hecho de coincidir en un ascensor con Karpov y desearle suerte en su partida, o cruzarse con Anand para coger la comida en el buffet y hablar sobre la partida que acababa de jugar es algo que vale mucho más que el potencial premio que uno se podía llevar en el Festival.
Pero evidentemente la participación de esos grandes jugadores en el Festival era una rémora para un evento de este tipo porque no olvidemos que la base del éxito de estos festivales es que sean rentables y es evidente que la participación es clave y las ganancias que se conseguían de los eventos para aficionados difícilmente podrían cubrir el gasto de disfrutar de los grandes. Con los años el evento derivó en lo que es ahora, un torneo que muchos menosprecian pero que cada año tiene más participantes, pero las cosas son así de simples en los años en los que los presupuestos para torneos de ajedrez estaban asegurados y no había una necesidad económica vendía mucho más contar con la presencia de los mejores jugadores pero cuando hay riesgo de pérdidas cualquier organizador con dos dedos de frente buscará las condiciones para una mayor participación en un torneo por encima de otros considerandos.
Es verdad como oigo opinar a muchos que de esta manera se está premiando la mediocridad pero olviden por un momento que hablamos de un deporte y veámoslo como lo que es: un festival que busca la mayor participación posible, ¿Cómo se consigue la mayor participación posible? La respuesta es obvia: Incentivando la participación del núcleo mayor de jugadores y lógicamente ese núcleo está claro cuál es en cualquier disciplina de la vida.
Podremos criticar la existencia de estos festivales pero no simplifiquemos las cosas y las llevemos al terreno del ajedrez, que proliferen estos torneos es un reflejo de la sociedad en la que vivimos, los tiempos de bonanza en que los eventos podían tener pérdidas porque los cubrías con unas buenas subvenciones a fondo perdido ya son cosa del pasado (y aún seguimos pagándolas).
Como jugador en fase de total estancamiento (más bien debería decir en proceso de caída), egoístamente hablando, me encanta que existan estos eventos y no penséis que lo digo por el dinero de los premios, disfruto enormemente en los torneos en los que siento que puedo ganar y perder con cualquiera, de hecho el torneo que más me gusta jugar ni tiene premios en metálico: La Semifinal de Madrid, por el contrario en los últimos opens que he jugado el sube y baja continuo de jugar con jugadores tan dispares a mi nivel ya sea por arriba o por abajo convierte los torneos en un tobogán con el único aliciente para disfrutar de ellos que el de romper el pronóstico y sostenerse en la parte alta del tobogán, cosas que en mis años mozos me hacía disfrutar pero que ahora no sé disfruta tanto, aunque como atlético sé sufrir y seguiré jugándolos siempre que pueda.
Podría extenderme mucho más porque el tema realmente tiene muchas aristas, pros y contras, pero como co-organizador de muchos torneos en mi club y sabiendo lo difícil y agotador que puede llegar a ser la organización de eventos sólo me queda desear suerte a Chess Estudios en la organización de este festival y que el éxito les pueda servir para organizar todo tipo de eventos para que todos: maestros, jugadores de nivel medio y aficionados puedan disfrutar jugando al ajedrez, también mis buenos deseos al Open de Tres Cantos coincidente en fechas, recordándoles que lo que viven ellos ahora: ver como un torneo se ubicaba en sus fechas tradicionales, ya los sufrimos nosotros en su tiempo con la aparición de su Open.
